Deseo un lucero a cada paso,
un camino a seguir, un buen programa
y un futuro. Deseo un cuerpo, nada,
un sueño con el cual perder las manos,
una sonrisa y un reló parado.
Deseo la mirada deseada
y el olvido, la duda y la palabra.
Deseo el goce, el placer por lo dado
y el dolor de esta ausencia que no lloro.
Deseo lo posible, lo que tengo,
lo que hay, lo que me es dado hoy
sin hacer nada. Deseo mi solo
deseo en esta ausencia de deseo
que configura la noche que soy.
Sobre la produción deseante: "Todo es producción: producción de producciones, de acciones y pasiones; producción de registros, de distribuciones y de anotaciones; producción de consumos, de voluptuosidades, de angustias y de dolores. (...) El producir, un producto, una identidad producto-producir... Precisamente es esta identidad la que forma un tercer término de la serie lineal: un enorme objeto no diferenciado. Todo se detiene un momento, todo se paraliza." G. Deleuze, El anti-Edipo
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