A Joan Rosselló Galmés
Si los vocablos no nombraran nada
más que aquello que en ellos es presente
y no pesara sobre nuestra mente
el resonar de la palabra dada;
si no sentara deuda el pronunciarla,
ni exigiera al oyente un presente,
una respuesta, un gesto, un remanente
a devolver a aquél que le hablara;
si la palabra fuera sólo eso:
palabra, y nada más; empezaríamos
de nuevo en todo nuevo pronunciar;
fácil sería decir al momento,
entonces, el sentir que viviríamos,
mas, difícil sería el recordar.
Solo grito, sin misión ni compromiso. Desatada, como debe ser, pero, cómo se puede atar el viento si sin resistencia no se siente, y, cómo dirigir lo que nos empuja.
ResponEliminaFantàstic.
ResponEliminaAlbert.