A Ander
Esta distancia que acorta el camino
al habla, nos permite afirmar
sin atender a ninguna otredad:
Sentados, dueños de nuestro destino,
vemos a los demás como lo mismo
que pensamos de ellos; nada más
que un mundo a nuestra medida, un lugar
donde poder modelar nuestro sino
con nuestro propio juicio, sin nadie
más que los que nosotros prejuzgamos
dándoles un papel en nuestro juego,
nuestro delirio, en la busqueda de alguien
detras del monitor. Y nos amamos
sin llegar a tocarnos nunca el cuerpo.
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